Uno
de los aspectos más importantes que debemos conocer es que la violencia
desaparece y reaparece en diferentes momentos.
Primero
se “acumula mucho malestar” y se producen roces permanentes entre los
miembros de la pareja; después ocurre el “acto más violento”, en el que
explota todo ese malestar y se produce la mayor agresión, que puede ser física
o verbal. Finalmente, se genera una situación llamada “luna de miel”, en
la que el agresor se arrepiente, pide disculpas y le promete que nunca más
volverá a violentarla. Pasado cierto tiempo, este ciclo vuelve a repetirse.
1.
La acumulación del malestar también se llama “fase de acumulación de
tensión”. Se caracteriza por su cronicidad y está dominada por lo que se
conoce como “maltrato psicológico”. En esta forma de maltrato el hombre
ridiculiza a la mujer, ignora su presencia, no presta atención a lo que ella
dice, se ríe de sus opiniones, la corrige en público, la ofende criticándole el
cuerpo, le pone sobrenombres , etc. Estas conductas producen un efecto en la
víctima, provocando un progresivo debilitamiento de sus defensas psicológicas.
De hecho, hay veces que no se llega a tener un episodio agudo de violencia pero
se vive en un constante clima de maltrato.
2.
La explosión del malestar origina el “episodio agudo de violencia”.
Suele ser físico, pero también puede ser sólo verbal.
El
tipo de violencia física es muy variable y puede ir desde un pellizcón hasta el
homicidio. Es común que en pleno episodio de violencia el hombre obligue a la
mujer a mantener relaciones sexuales. Por lo general, antes de estos episodios el
agresor aumenta la intensidad de la agresión, acusaciones, denigración,
insultos y amenazas, y va creando un clima de miedo constante en la víctima.
Los tiempos entre cada episodio agudo son variables e impredecibles. A veces
los episodios de violencia física sobrevienen a diario, otras veces nunca
llegan a la violencia física, incluso pueden pasar años entre un episodio de
violencia física y otro. Lo importante es que si ha habido episodios de
violencia física lo más probable es que vuelva a haberlos.
Debemos
tener en cuenta que el hecho de que los episodios agudos de violencia sean poco
frecuentes no implica, necesariamente, que el grado de maltrato sea menor, ya que
lo más probable es que exista mayor tiempo de acumulación de tensión en la que
predomina el maltrato psicológico.
3.
El momento del arrepentimiento o “luna de miel” es clásico. El agresor
pide perdón, se comporta en forma cariñosa y hace todo lo posible para
convencer a la víctima de que no volverá a tener este tipo de conductas.
Entonces en este momento, la mujer recuerda los aspectos que la enamoran de él
cuando no es violento, y se reconcilian. Luego, en un clima más amigable, puede
incluso ocurrir que ambos encuentren excusas para justificar la violencia y que
ella se culpe de haberle fallado.
A continuación un video que hace invitación a cerrar ciertos ciclos que pueden ser perjudiciales para tu salud fisica y/o mental.
esperamos que sea de su agrado!
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